ME DIRIJO A VOSOTROS
La fuerza que fluye hacia vosotros con Mi Palabra os capacitará siempre realizar obras de amor, porque cuando Mi Palabra llega a vosotros, seréis irradiados de Mi amor, sólo que debéis abriros vosotros mismos, es decir aceptar Mi Palabra conscientemente, con corazón y mente … es decir, reflexionar al respecto y dejarla obrar en vosotros … Entonces Mi Palabra también os impulsará a vivirla, y entonces también seréis activos en el amor.
Pero ahora solo hablo de la dirección directa hacia vosotros. No me refiero a las palabras que sólo pronuncia la boca de un predicador como conocimiento aprendido, lo cual, sin embargo, es de contenido espiritual, pero que jamás puede penetrar en el corazón de un ser humano porque carece del poder con el que he bendecido Mi Palabra. La dirección directa siempre presupone, ante todo, una fe viva en Mí, y el deseo de ser abordado por Mí, es decir, de escuchar “Mí Palabra” … Entonces el corazón también se abre, y entonces el ser humano también será abordado por Mí Mismo, incluso si habla un proclamador muerto de Mi Palabra. Entonces, Yo despierto esta palabra muerta a la vida en el corazón del oyente.
Pero si un representante vivo habla a los humanos, es posible que estos humanos, que antes estaban muertos, despierten a la vida, porque Yo Mismo hablo a través de la boca de Mi siervo, y porque Mi Palabra tiene el poder de dar vida a lo que antes estaba muerto. Así, la Palabra transmitida directamente a vosotros tiene el mismo poder para quienes la leen o escuchan con el corazón y la mente; pero para otros, sólo son letras o sonidos vacíos que se desvanecen en sus oídos, y ellos no podrán sentir nada de una corriente de fuerza.
Y así, se os puede repetir una y otra vez que vosotros mismos determináis el efecto de Mi Palabra en vosotros mismos, que tenéis que absorber con gran deseo todo lo que os digo en vuestro corazón, que vosotros mismos determináis la abundancia de fuerza que fluye hacia vosotros … pero que Mi Palabra nunca quedará sin su efecto de fuerza si lo deseáis. Y quiero impartiros mucha fuerza, Yo quiero dárosla constantemente, y Mi amor por vosotros Me impulsa incesantemente para así transmitiros la corriente de fuerza que necesitáis con urgencia …
Pero tenéis que abriros por vosotros mismos … y si no lo hacéis por voluntad propia, la fuerza irradia sin tocaros; permaneceréis muertos, y yo no podré despertaros a la vida, y entonces tampoco podréis realizar obras de amor, que siempre demuestran el poder que emana de Mí. Por eso os amonesto una y otra vez: Sumergidos en Mi Palabra … desead que Mis os hable, y con esta voluntad, escuchad o leed Mi Palabra, y verdaderamente os hará felices. La tomaréis en serio y entonces también viviréis conforme a Mi voluntad, porque Yo Mismo os revelo Mi voluntad en la Palabra.
La Palabra que os llega de lo alto es un gran dador de fuerza, y podréis convenceros una y otra vez de su poderoso efecto, porque apoyo visiblemente a todo aquel que se deja abordar de Mí en cada necesidad espiritual y terrenal … Pero tiene que creer en Mí y unirse a Mí en esta fe viva; entonces Yo Mismo podré hablarle y proveerle abundantemente de la fuerza que necesita. Y siempre podrá sacar esta fuerza de la Palabra, porque siempre estoy listo para él cuando Me anhela …
Amén